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La estructura es un corredor central rectilíneo de sección más o menos parabólica y sin ningún tipo de refuerzo en sus paredes que da acceso a una serie de cámaras ovaladas donde se colocaban las cubas o tinajas llena de vino. Se encuentran excavadas en la ladera junto al Arroyo de San Antonio, donde se cosechaba el vino en otras épocas. Entre los restos que manifiestan el carácter agrícola de la localidad merecen especial atención las Ruinas del Molino de Agua y Presa, que perteneció al primer Mayorazgo de Villamantilla, Don Bartolomé Espinola. Sus instalaciones fueron inauguradas el 22 de marzo de 1636 con una molienda de avena ya que, por aquel entonces, todos los aldeanos estaban obligados a moler su grano y cocer su pan en el horno y molino de sus señores.
También se conserva uno de los escudos heráldicos en la Plaza de España, antes denominada Casa de los Calderos del Rey. Ambos escudos indican el mismo linaje. En la calle Antonio Rofazza se levanta la “Casa del Señor” (s. XIX) una casona de la burguesía rural que es el testimonio más claro del pasado nobiliario de Villamantilla. En la fachada y al lado de un interesante balcón de forja, sorprende el Escudo Nobiliario labrado en alabastro yesoso. La cubierta es de teja curva y destaca la impresionante puerta de acceso con dos hojas claveteadas. El agua aparece íntimamente ligada al pasado de Villamantilla. Así lo reflejan las Fuentes de Piedra de Granito con base en forma de Cruz (s .XIX) que son dos fuentes idénticas. Una de ellas está situada junto a la iglesia y la otra en la calle Don José de la Morena.
En la calle del Bario Bajo se encuentra uno de los tres escudos pertenecientes al linaje del marqués de Villamantilla de Perales. Bajo este escudos se enmarca una inscripción que dices “estas armas son de Alonso de Vargas” y hace referencia al enlace matrimonial entre las dos familias más importantes de la época, entre los Laras y los Monsalves y entre los López de Zarate Vargas Pimentel y los Morales Medrano Villamayor.
El color es la característica principal de la Casa Roja, se trata de una antigua construcción que destacaba por estar rodeado todo su contorno de hiedra y rosales trepadores, que contrasta con su color. El conjunto urbano se corona con las Casas Blasonadas (s. XIX) son las construcciones más emblemáticas del municipio y que ponen de manifiesto el pasado nobiliario de Villamantilla.

Parte de este conjunto religioso son la Ermita de San Sebastián (s. XIX) que siempre tuvo la advocación de San Sebastián y ha sido rehabilitada con muros de piedra y cubierta de teja, y las Ruinas de la Ermita de San Norberto, que se ubican en la finca de Milla. Hay otros Monumentos y Edificios protegidos y de interés turístico, como la Casa Consistorial situada en la Plaza de España, que es una antigua construcción de 1853 con muros de más de un metro de grosor y un gran reloj que lo preside.


En primer lugar destacamos en nuestra visita la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel (s.XVI). Posee un retablo del s.XVIII y tras el altar se encuentran restos de una pintura rural en seco del s.XVI. Desgraciadamente se desconoce el significado de la composición que estaba oculta bajo el yeso y donde se pueden observar dos personajes secundarios mirando hacia el motivo central, desaparecido al hacer una hornacina para colocar la imagen de algún santo.